No. Tu perro es reflejo tuyo.
¿Has pensado alguna vez por qué actúa tu perro de esa manera?
Seguro que muchas veces te has parado a pensar porque tu perro hace cosas que no debe o que no te gustaría… o símplemente no entiendes.
Cuantas veces veo a perros interpretar el lenguaje del dueño sin que éste sea consciente y, por supuesto, con antelación a la consciencia del dueño.
En anteriores publicaciones he comentado en repetidas ocasiones acerca de la comunicación no verbal: la comunicación que emites con tus gestos y con tu cuerpo. Esta comunicación sueles emitirla décimas de segundo antes que tu comunicación verbal, es decir, antes de decirle algo a tu perro con la voz ya le has dicho algo con tu cuerpo. Y nos ocurre a todos, no sólo con el perro sino con otras personas, acompañamos nuestra comunicación verbal con gestos y movimientos corporales que apostillan nuestros contenidos comunicacionales, que intervienen en la comunicación para acompasar a otro interviniente, etc.
Acompañamos nuestra comunicación con movimientos manuales, expresiones faciales, cambios posturales… y todo para enfatizar, comunicar al otro nuestro interés, dar paso a que otro intervenga, etc.
Recuerdo el caso de una amiga que hacía sentarse al perro diciéndole «¿Cómo se piden las cosas?» Y el perro se sentaba!
Rápidamente me di cuenta de lo que ocurría, así que le dije «Ahora pídele que se siente pero sin decirle nada»
Me miró extrañada pero lo hizo. El perro se sentó. Inolvidable la cara que puso mientras esperaba la explicación de lo que empezaba a entender. Lógicamente, le expliqué que antes de darle «la orden» al perro le estaba comunicando algo totalmente distinto a su comando (orden). Su tono seco imperativo, su postura corporal, firme e inclinada hacia el perro, su dedo índice acompañado del movimiento del brazo y, sutil pero no menos importante, la tensión muscular y corporal estaban indicando al perro una situación de tensión, indicadora de una posible agresión por parte de su dueña. El perro había aprendido que sentarse eliminaba esa conducta agresiva de su dueña. Mi amiga comprendió que su perro estaba actuando según la lectura que hacía de la situación, no de lo que ella le comunicaba verbalmente o pretendía.
Los perros son mucho mejores que tú y yo en la interpretación del lenguaje corporal, de la comunicación no verbal, es un legado de sus antepasados, que les permitía evitar enfrentamientos y aumentar las probabilidades de sobrevivir.
Si a eso le sumas que nuestra comunicación no verbal se adelanta unas décimas a nuestra emisión verbal, obtendrás el resultado de porqué tu perro actúa como lo hace.
«En esta fotografía puedes observar como el guía realiza un acercamiento del perro mediante la correa. La postura corporal y la tensión muscular del perro indican su desagrado con la situación. El guía intenta calmar la falta de confianza del perro mediante unas caricias sobre la cabeza, zona que el perro no puede controlar ocularmente, lo que le provoca un aumento de inseguridad. El problema de esta situación es que el guía no sepa leer las indicaciones del perro, su lenguaje corporal.»
Como todo ser social, tu perro puede contagiarse de tu carácter, pero no es tu espejo. Tu perro tiene su carácter, que es una amalgama de su herencia genética, las características generales de su raza y de los aprendizajes que va teniendo a lo largo de su vida. ¿Se parece tu perro a ti? Mi respuesta es NO, es reflejo de tus acciones, tu personalidad, tus estados de ánimo, ritmo de vida, manera de gestionar los eventos, etc… y su carácter.
No es fácil y nadie dice que lo sea, pero trabajar ser consciente de nuestra comunicación no verbal (gestos faciales, manos, cuerpo) te va a ayudar mucho en la congruencia comunicacional con tu perro, es decir, ayudará a tu perro a entender tus intenciones y, por tanto, lo que pretendes transmitirle.
De igual modo te ayudará a ti en la efectividad en tu comunicación hacia tu perro, mejorando y haciendo cada vez más eficiente vuestra relación.
Recuerda, en este caso no se trata de tu perro, se trata de ti, de trabajar tu comunicación no verbal. Empieza por ser consciente de ella, sé consciente del uso que das a la correa cuando vas con tu perro, cuando os cruzáis con otro, cuando te tensionas, porque la correa es el medio por el que transmites gran parte de tu comunicación a tu perro.
Cuando seas consciente de ti y tus movimientos en este aspecto pasa a otro nivel, tus gestos con las manos, tus movimientos corporales, etc.
AGO
Sobre el autor:
Soy Dog Coach fundador de Adiestrandog. Con más de 20 años de experiencia en diferentes empresas y sectores, he podido desarrollar mi propia marca personal como valor añadido a mis proyectos. Mi motivación es la satisfacción del cliente y la prestación de ayuda necesaria. Mi trabajo requiere ser metódico a la vez que creativo. Mis áreas de competencias, además del Dog Coaching, son el Análisis, Asesoramiento, Formación, Administración, Diseño Gráfico y Web y Gestión de Equipos. La comunicación es la llave del éxito.